Historia y valores

En IURItec tenemos dos grandes tesoros: Uno que no vendemos y defendemos a muerte, nuestro Honor, nuestra seriedad profesional, nuestro alto nivel técnico y ético. Y el otro es nuestro Tiempo: Ese tiempo valioso de nuestro equipo, con decenios de estudio, experiencia y ejercicio valiente del Derecho. Nosotros somos abogados, que trabajamos apasionadamente por la Justicia.

IURItec opera como una sociedad de servicios profesionales, regulada desde hace decenios por los Aranceles del Colegio de Abogados y Abogados de Costa Rica, vigentes en todas sus épocas de vigencia, integrada por profesionales que ejercen liberalmente su carrera, con el debido rigor ético y con responsabilidad social jurídica.

Desde 1979, Juan Diego Castro Fernández puso en marcha su plan de crear esta sociedad profesional donde la abogacía costarricense encontró un modelo caracterizado por la prestación de servicios legales de indiscutible calidad. Ahí empezaron a fraguarse la balanza y el nivel del nuevo estilo jurídico en el foro nacional,  que combina el estudio teórico de la legislación, la doctrina y la jurisprudencia con la praxis rigurosa e innovadora en el litigio y la crítica jurídica.

A mediados de los años ochenta del siglo pasado, fuimos los primeros en incorporar las herramientas informáticas al quehacer cotidiano del litigio y advertimos sobre el impacto que tendría la informática en el ejercicio del Derecho. En 1984 organizamos el primer encuentro académico sobre cibernética jurídica y desde entonces estamos inmersos en la aplicación permanente de las nuevas tecnologías en el  desempeño de nuestras actividades  profesionales.

 

La concepción sistémica y la pasión por el Derecho y la Justicia, nos llevaron a diseñar un esquema organizacional que alcanza su más destilada síntesis en nuestra marca: IURItec … justicia, derecho, tecnología. Un sello de honor representado por la balanza y el nivel, símbolos de nuestros sólidos principios morales y estándares de calidad técnica, es la guía de este equipo de profesionales comprometidos, apasionados con la práctica legal enmarcada en la responsabilidad socio jurídica y dispuestos a luchar por las justas causas de nuestros clientes.

El equipo de IURItec acumula gran experiencia en la atención exitosa de complejos litigios en la jurisdicción penal y civil,  especialmente en casos de fraudes y conflictos empresariales,  que han permitido a nuestros abogados desarrollar grandes habilidades en estrategia judicial y comunicación forense, con profundas raíces éticas y técnicas.

El sueño que se inició hace más de cuatro décadas, se ha cristalizado en una depurada sociedad de juristas, hombres y mujeres, dedicados a la búsqueda innovadora de soluciones a los conflictos de nuestros clientes, como mediadores certificados y como abogados litigantes, en los diversos campos de las Ciencias del Derecho en las que blandimos nuestras espadas retóricas.

MORAL PROFESIONAL

El ejercicio de la función judicial no debe, obviamente, ser arbitrario, pero en ocasiones es inevitable que el juez ejerza un poder discrecional. Esa discrecionalidad judicial implica innegables riesgos que no pueden solventar simplemente con regulaciones jurídicas, sino que requieren el concurso de la ética. Parece así adecuado que, a la hora de plantearse el nombramiento o la promoción de los jueces, o de enjuiciar su conducta en cuanto jueces, se tengan en cuenta aquellas cualidades o hábitos de conducta que caracterizan a la excelencia profesional y que van más allá del mero cumplimiento de las normas jurídicas.

ÉTICA JUDICIAL

El ejercicio de la función judicial no debe, obviamente, ser arbitrario, pero en ocasiones es inevitable que el juez ejerza un poder discrecional. Esa discrecionalidad judicial implica innegables riesgos que no pueden solventar simplemente con regulaciones jurídicas, sino que requieren el concurso de la ética. Parece así adecuado que, a la hora de plantearse el nombramiento o la promoción de los jueces, o de enjuiciar su conducta en cuanto jueces, se tengan en cuenta aquellas cualidades o hábitos de conducta que caracterizan a la excelencia profesional y que van más allá del mero cumplimiento de las normas jurídicas.

“Aspiramos a un abogado de base humanista, éticamente comprometido con las mejores causas de la humanidad, científicamente formado, jurisconsulto, estudioso, al servicio de la justicia, capaz de analizar el sistema jurídico y su sustrato histórico – sociológico, capaz de buscar soluciones en momentos en que operan constantes cambios en todos los órdenes del mundo”.

Juan Diego Castro Fernández