La cantidad de delitos arqueológicos que son denuciados es reducida, pero cuando se trata de la supuesta destrucción de algún pequeño sitio arqueológico dentro de un proyecto inmobiliario, puede tener consecuencias muy graves para los desarrolladores.
Atendimos un caso en un importante hotel de playa, donde un arqueólogo del Museo Nacional simuló la existencia de un sitio arqueológico para paralizar la obra y pretender una indemnización multyimillonaria. La sentencia fue contundente y la absurda tesis del arqueólogo quedó destruida.